¿Qué sucede cuando, solo por un momento,
nos quedamos con nuestro dolor, nuestro miedo
nuestra duda, nuestra incomodidad, nuestra pena,
nuestro corazón roto, incluso nuestra insensibilidad,
sin tratar de cambiar nada, ni arreglarlo, o dejar de sentir,
o tratar de liberarnos de eso de algún modo?
¿Qué sucede cuando, aún cuando sentimos que
estamos dejando, abandonando el momento
tras la promesa de una futura salvación, nos quedamos,
sentados con la energía de vida, cruda, sin filtros,
infinitamente viva, que simplemente está
tratando de expresarse ahora mismo?
¿Qué sucede cuando, solo por un momento,
a pesar de toda la urgencia por hacer lo contrario,
no “hacemos” nada en relación
con nuestra incomodidad o pena,
dejamos caer todo tipo de trucos y tácticas
e inteligentes manipulaciones,
y en cambio, comenzamos a reconocer profundamente
lo que está aquí, lo honramos, escuchamos
su llamado más profundo, hundiéndonos en su misterio?
¿Qué sucede cuando tomamos el compromiso radical
de nunca más huir de este momento, mientras éste danza en el vacío?
- Jeff Foster