Etimológicamente “Fin” significa tanto fin como meta, desde el mismo momento que una persona deja de ver “el objetivo, el fin” de lo que le sucede o de lo que vive, pierde la capacidad para establecer nuevas metas por caer en la depresión o la desesperanza por falta de sentido existencial.
Muchas depresiones o conflictos internos se mejorarían si la persona decide tener un objetivo...pero no sólo un objetivo tangible y material, sino dejar huella en el mundo, para ello es necesario desarrollar ciertas características:
- Voluntad de Sentido: cada persona está animado por una aspiración y ansia de sentido, según James C Crumbaugh se define la voluntad de sentido como la capacidad propiamente humana de descubrir formas de sentido no sólo en lo real, sino también en lo posible.
- Tomar conciencia que la vida tiene un sentido incondicional: Y el mismo no se pierde bajo ninguna circunstancia, esto nos llena de positivismo y de energía al darnos cuenta que cualquier situación que se viva está alineada con ese objetivo, que lo fortalece y lo consolida a lo largo del tiempo.
- Usar la libertad: Para trascender la personalidad que nos hemos creado, que sirve de cárcel a nuestra verdadera naturaleza...libertad que te lleva a poder mostrar tu naturaleza esencial espiritual, que te impulsa a dejar huella. Desidentificándose del “Yo” que hemos creado, se logra vivir más intensamente y con menos cadenas.
- Capacidad de desapegarse: el saber que esta vida es transitoria, y que por más que se intente buscar el placer momentáneo todo es efímero. El saber que nada nos pertenece y que en la medida que me aferro a algo, pierdo fuerza y energía por intentar mantenerlo.
- Intensificar la espiritualidad: Es decir la fe, la confianza y el optimismo. Hay un estudio de Bioquímica de Caryle Hirshberg, que ha investigado con profundidad la evolución inesperadamente positiva de pacientes afectados de cáncer terminal. En una cincuentena de enfermos que según resultados médicos, debían haber fallecido hacía tiempo. Se descubrieron tres factores de conducta coincidentes: Aceptaban el diagnóstico, pero no el pronóstico, se mostraban optimistas a pesar del pronóstico. Vivían en vínculos sociales estables, más de un 70% llevaban más de veinte años casadas. Rezaban, usaban la oración y la meditación para mantenerse en su centro
Escrito por Luz Rodríguez
ordenesdelamor.org
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